La ocupación del estudio por los trabajadores y una señal “clandestina”: Las dos caras del canal de la Universidad de Chile en 1973
En la década de 1970, la Universidad de Chile ha pasado por altos y bajos en su historia televisiva, el cual se ha producido una crisis dentro como fuera de la pantalla a causa de un pensamiento político, lo que llevó a tomarse las dependencias del canal y que se creara una señal alternativa al pensamiento de la Universidad. Todo esto en un ambiente de agitación social que se vivía durante el gobierno de la Unidad Popular, liderada por Salvador Allende.
Para eso, nos remontaremos en diciembre de 1972, cuando el Consejo Superior de la Universidad de Chile, propuso “cambiar a la casi totalidad de los periodistas de Canal 9 que eran de izquierda”, es decir, que el superior colegiado de la Casa de bello, junto con el entonces Rector, Edgardo Boeninger, analizan intervenir el funcionamiento del “Canal de la U” y modificar la composición de su departamento de prensa.
Por su parte, el 2 de enero de 1973, tanto el personal de prensa como la mayoría de los trabajadores del canal, rechazaron el llamado a concurso público, afirmando que es ilegal y que vulneran sus derechos consagrados en el estatuto de la universidad, por lo que el conflicto entre trabajadores y la casa de estudios se mantuvo.
Días mas tarde, el 19 de enero, la estación televisiva comenzó a ser tomada y controlada por los trabajadores, lo que en consecuencia, afectaba no sólo al área administrativa y gerencial del canal, sino que también habría una drástica modificación a la programación.
El periodista Augusto Carmona Acevedo, fue designado como jefe del Comité de Defensa de la estación y que, a su vez, fue elegido como jefe del departamento de prensa por sus compañeros del noticiario Nuevediario.
En marzo de 1973, la Contraloría declara ilegal el llamado a concurso para contratar personal de Departamento de Prensa, argumentando que “debe ser puesto no por el Rector, sino por las autoridades correspondientes a la Corporación de Televisión”. Por otra parte, el Rector y la mayoría del Consejo Superior, desconoce dicha corporación y reclama su integro a la juridicidad universitaria.
En un documental realizado por la cadena estatal suiza RTS, se mostró el día a día del Canal 9 administrado por sus trabajadores, en ella se puede apreciar la realización del noticiario y una reunión en uno de los estudios del canal. Además, la estación entrevistó a Carmona relatando la situación que se vivía dentro del canal universitario.
Canal 6, la auténtica expresión de la “U”
Pese que el conflicto entre la Universidad y los funcionarios del canal pareciera no tener fin, la Casa de Bello decide lanzar de forma improvisada el Canal 6, de tal manera de no manchar la institucionalidad televisiva de la “U”.
Sus transmisiones comenzaron el 17 de junio y es dirigida por el periodista Daniel Galleguillos, y cuya programación reflejaba el auténtico sentir de la casa de estudios.
La elección de la frecuencia 6 poseía un simbolismo para la universidad, ya que correspondía a “un 9 invertido” según palabras de sus directivos. Su transmisor irradiaba de manera limitada con 1,5 kW de potencia, por lo que la cobertura del canal sólo abarcaba el sector oriente.
Sin embargo, pese a que la nueva señal era patrocinado por la Universidad de Chile, esto contravienen abiertamente las normas jurídicas aplicadas al establecimiento y explotación de los canales de televisión por la entonces Superintendencia de Servicios Eléctricos, de Gas y Telecomunicaciones, considerando que la transmisión del Canal 6 es ilegal.
Además, el gobierno de Salvador Allende emite la resolución 822 de la Superintendencia que ordena la suspensión de transmisiones, lo cual ocurre al día siguiente con el allanamiento de la planta transmisora y los estudios ubicados en Pedro de Valdivia en Providencia, por parte de la Policía de Investigaciones. Pese a este allanamiento, el canal continuaba transmitiendo.
En cuanto a su programación, la señal tenía una transmisión limitada, cubriendo algunas producciones propias y contenidos extranjeros, cuyo horario abarcaba entre las 7 de la tarde y finalizando pasada de la medianoche.
No obstante, la entrega de programación a la prensa era muy confusa. En los diarios Tribuna, La Tercera y El Mercurio, se mostraba la grilla del Canal 6, mientras que La Nación y algunos periódicos de tendencia de izquierda, recibían la grilla del Canal 9, donde algunos programas funcionaban con normalidad, aunque en ciertos horarios transmitían bloques de corte sindicalista y propagandística como la Cadena Cultural Política. Incluso, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) tuvo su propio programa en dicha señal.
Por otro lado, Canal 6 contaba con dos estudios para la producción propia, equipados con tres cámaras de televisión. El resto de los espacios son realizados de manera externa por la productora Protab.
El 11 de agosto, a eso de las 4:15 de la madrugada, un grupo de desconocidos lanzaron desde un vehículo en marcha una bomba de mediano poder explosivo en las instalaciones del Canal 6. Según se informó ese momento El Mercurio, el artefacto explosivo fue detonado en el antejardin del inmueble, por lo que no hubo victimas ni daños materiales. La explosión de esta bomba casera se pudo escuchar en toda la calle de Pedro de Valdivia, Irarrazabal y la Plaza Ñuñoa, provocando pánico entre los habitantes del lugar.
Horas más tarde, el entonces presidente de la Corporación de Televisión, Eugenio Retamal, manifestó a dicho medio que el atentado se denunció a Carabineros de la zona y agrega que han sido objeto de presiones por parte del Gobierno, considerando que son medidas ilegales, ilegitimas y abusivas.
La recuperación del Canal 9, el canal de la UTE que no salió a la luz y el fin de Canal 6
El 8 de septiembre de 1973 a eso de las 18:00 hrs, un contingente de Carabineros ingresó a los estudios de Ines Matte Urrejola para desalojar a los trabajadores del Canal 9, quienes ocuparon el edificio luego de ocho meses. Los uniformados tomaron posesión de los equipamientos, antenas transmisoras e inmuebles de la estación, por lo que obligaron a salir del aire.
La Corte de Apelaciones de Santiago y el Tercer Juzgado del Crimen de Santiago, argumentaron que el ocupamiento del canal es ilegal por elementos de extrema izquierda, mientras que horas antes del acatamiento de la orden policial, los trabajadores utilizaron las cámaras para lanzar arengas políticas a favor de sus posiciones y calificación de “derrota parcial y momentánea”.
Al día siguiente, se hablaba de un acuerdo entre el Gobierno de Allende y la Corporación de Televisión. Este acuerdo, incluye que las instalaciones físicas del Canal 9 estarían a disposición del tribunal y de tener una vigilancia policial, también incluirían un abogado y un técnico designado por el gobierno, además de un equipo similar designado por la universidad para realizar un inventario de equipamientos para determinar el estado de los artefactos y la condición física del inmueble.
Por otro lado, tanto el Gobierno como la Casa de Estudios, designarían a tres miembros de la comisión de estudiar y negociar un acuerdo para transferir algunos equipamientos del Canal 9 a la Universidad Técnica del Estado (UTE). Esta última, estaba interesada en tener un propio canal de televisión y que en algunos diarios promocionaban un pequeño aviso con el nombre de “Nuevavisión Educativa”, el cual se transmitiría por el Canal 11.
Sin embargo, el lanzamiento del nuevo canal de la UTE fue postergado, debido al conflicto de los trabajadores de la Universidad de Chile.
La comisión en cuestión, determinaría cederle parte de las frecuencias que poseía la Universidad, es decir los canales 9 y 6, por lo que para destrabar este dilema, “la estación de la U” podría quedar con una frecuencia, mientras que la UTE podría quedarse con otra, lo que pondría fin a este conflicto.
No obstante, la mañana del 11 de septiembre se produciría el Golpe de Estado por parte de los militares, por lo que el anhelo de la UTE en tener su propio canal de televisión se esfumaron, y que tanto el Canal 6 como el resto de los medios de comunicación, fueron sacados del aire por orden de las Fuerzas Armadas.
Para la Junta Militar, desconocían este acuerdo entre el gobierno de Allende, la Universidad de Chile y la Universidad Técnica del Estado, por lo que este último -en buen chileno- se quedaba sin pan ni pedazo, y que su casa de estudios ubicado en Estación Central fue allanado.
Días después del Golpe, la Universidad de Chile pudo volver a los estudios del Canal 9 en Providencia, donde se realizó un inventario de los equipamientos y denuncia que fueron robadas las filmadoras y algunas cámaras están en muy mal estado, faltando piezas vitales de su funcionamiento, mientras que el resto de los equipamientos y elementos de trabajo se encontraban en buenas condiciones.
Según el relato hecho por El Mercurio (archivo vía Universidad Diego Portales), también había panfletos esparcidos por todo el predio con proclamas políticas referentes a partidos como la Izquierda Cristiana y el MAPU, así como el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR.
Por otro lado, el Canal 6 regresó nuevamente al aire el 15 de septiembre, pero limitándose a producciones enlatadas y la transmisión en cadena del noticiario producido por Canal 13.
Luego de una lenta transición donde renovaron parte de los equipamientos para volver a transmitir, Canal 9 retorna con sus transmisiones habituales el 18 de noviembre, poniendo término a las emisiones de Canal 6, esto luego de casi 10 meses de conflicto entre los trabajadores de la estación televisiva y la Universidad de Chile.