Hace unas semanas, Mega celebró sus 34 años al aire siendo la primera estación privada en nuestro país.

Actualmente, el canal privado perteneciente a la familia Bethia y pieza fundamental del holding Megamedia, se ha consolidado como el canal líder en audiencia, logrando el primer lugar en rating mensual y peleando codo a codo con Chilevisión. Además, de tener utilidades por casi 50 mil millones de pesos en actividades ordinarias, según el reporte de la Comisión para el Medio FInanciero (CMF) en Septiembre. (vía La Hora)

En 2016, tuvo un asociación con Discovery, tanto para coproducción de programas como venta publicitaria de sus señales de cable, y que terminó abandonando el buque en medio de la fusión con Warner Media en 2022.

No obstante, el pasado de la señal privada se remonta en México, donde un poderoso consorcio de medios controló por varios años el canal de Vicuña Mackenna: Televisa.

Sus inicios y la compra de acciones

INTERNET

Como es sabido, Megavisión (antiguo nombre de la señal) nació el 23 de octubre de 1990, bajo el alero de Cristalerías Chile, cuyo dueño fue Ricardo Claro Valdéz.

Para quienes sintonizaron desde el primer minuto la señal en Santiago y Valparaíso, pudieron apreciar un nuevo canal que rompería el monopolio universitario, logrando ser la primera cadena privada en Chile.

En esos años, la empresa mexicana presidida por Emilio Azcárraga Milmo, apodado “El Tigre”, tuvo presencia en Chile a través de RTU (actual Chilevisión) y La Red, el cual no sólo daban las exitosas teleseries y programas unitarios, sino que le cedían la licencia para la transmisión de ECO, pionera en transmitir noticias en español para el público de Hispanoamérica e Iberia.

En sus inicios, la programación de Megavisión iba para el grupo socioecómico medios y altos, o sea un canal ABC1 en TV Abierta. Sin embargo, la señal ha tenido muy poco despegue programático y baja audiencia, cambiando radicalmente su parrilla. De hecho, las novelas mexicanas fueron el empuje para que Mega surgiera, es ahí donde entra Televisa en Chile.

A finales de 1991, la familia Azcárraga adquiere el 49% de las acciones de Megavisión por un monto de US$7 millones de la época y que anunciaron una serie de nuevos negocios y coproducciones de programas. No obstante, esto se redujo a esporádicas actuaciones de chilenos en programas de la cadena mexicana y viceversa.

Un claro de ejemplo fue el de “Siempre en Domingo” en Chile, realizado en marzo de 1992 en el Teatro Caupolicán, conducido por el fallecido Raúl Velasco, y que trajo a artistas mexicanos y chilenos en este concierto televisivo.

Poco a poco la pantalla se llenaba de exitosas teleseries como “El Abuelo y Yo”, protagonizado por Gael García-Bernal, “Carrusel”, “El Premio Mayor”, “Acapulco Cuerpo y Alma”, “María la del Barrio” y las infaltables comedias de Chespirito, como “El Chapulín Colorado” y “El Chavo del 8”.

Viña sale al mundo

En 1993, luego de varios años producido por Televisión Nacional, Mega y Televisa se adjudicaron la producción y transmisión del Festival de Viña del Mar, que en un comienzo fueron por tres años. La idea de la empresa de “El Tigre” es llevar no sólo a artistas populares en México, sino que también a grandes consagrados de la música mundial como lo fue Plácido Domingo, Donna Summer, Ricky Martin, Wilfrido Vargas, el imitador dominicano Julio Sabala y Alejandro Sanz, entre otros.

Además, parte de las actuaciones tendría pantalla en su señal matriz, El Canal de las Estrellas, para la república mexicana y a los canales latinoamericanos que estaban interesados en el evento.

Aunque, en su primer evento coproducido entre ambas empresas no estuvo exento de polémicas. Tal caso fue el recordado bochorno de la agrupación infantil Onda Vaselina, que fue duramente abucheado por el público chileno, debido a que la banda no era conocida en el país. También recibieron críticas por parte de la prensa por la mexicanización del festival, ya que la mayor parte del armado de la parrilla y de equipamientos técnicos se la llevaba Televisa.

Luego de tres años cosechando éxitos y de exportación del evento, Mega gana nuevamente la licitación en 1996, aunque esta vez en solitario. Eso da cuenta que Televisa ya no tiene interés de coproducir el evento, y también, del negocio televisivo chileno.

La retirada de Televisa

A LA IZQUIERDA EMILIO AZCÁRRAGA MILMO “EL TIGRE” FALLECIDO EN 1997, A LA DERECHA EMILIO AZCÁRRAGA JEAN, QUIÉN TOMÓ EL RELEVO DE SU PADRE EN TELEVISA / INFOBAE

Con el pasar de los años, Televisa ha ido disminuyendo sus acciones en Megavisión, pese a esa drástica reducción, el canal seguía ofreciendo teleseries mexicanas en su parrilla.

Por otro lado, su competidor, TV Azteca, propiedad del empresario Ricardo Salinas Pliego, tuvo interés en entrar al mercado nacional en 1998, adquiriendo el 75% de las acciones de La Red por un pago de US$10,33 millones de dólares, de los cuales saldó la mitad.

Es así, que el Grupo Salinas tuvo un plan para el canal de Manquehue Sur, consistiendo en la inversión de unos US$5 millones en equipos de transmisión y producción que permitirá mejorar la calidad de su señal e incrementar su cobertura, pretendiendo pasar del 81% actual hasta un 94 ó 96% del territorio chileno durante ese año.

Al igual que en el caso de Mega, La Red tendría mayor cantidad de producciones mexicanas como las teleseries producidas por TV Azteca, películas clásicas y algunos programas como “Chato y su pandilla” y “Te Caché”, entre otras. Incluso, tuvo una versión local del noticiario “Hechos”.

TV Azteca sólo estuvo un año y medio en La Red, vendiendo sus acciones de la estación a Albavisión en 1999.

Ya a inicios de la década del 2000 y con un renovado enfoque programático, Mega poco a poco se ha ido posicionándose como el canal más visto gracias a su entonces parrilla fresca, sumado al éxito de Mekano, en pleno auge del Axé en el país.

En el mejor momento que vivía la estación de Vicuña Mackenna, en agosto de 2002, Televisa, en ese entonces administrada por Emilio Azcárraga Jean, decide vender el 22% de sus acciones a Comunicación, Información, Entretención y Cultura S.A. (CIECSA), propiedad de Ricardo Claro, abandonando definitivamente el país. Con esto, CIECSA obtiene el 100% de las acciones de Red Televisiva Megavisión.

No obstante, el canal privado continuaba interesado en las producciones de la gigante comunicacional, por lo que, conjuntamente con la compra de acciones, firmó un contrato de exclusividad a largo plazo con los Azcárraga, para obtener parte de su material.

Con la llegada de la familia Bethia en 2012, las producciones de Televisa paulatinamente se han ido desapareciendo, esto en contraste con la renovación que le querían dar al canal privado.

“El Chavo del Ocho” fue la última producción mexicana en salir del aire por Mega a mediados de la década del 2010, terminando así una era de gran consolidación entre medios televisivos de Chile y México.