Los reality shows siguen siendo el formato que más adeptos tienen alrededor del mundo. Tienen la receta perfecta para el éxito: romance, conflictos, desamor y una competencia feroz que engancha a la audiencia. Sin embargo, el panorama está cambiando. Han surgido producciones diseñadas exclusivamente para plataformas digitales, apuntando a un público que ya no consume la “pantalla chica”, como ocurre en “Hotel Beach”, “Camboriu”, “El Rancho” o “Cuicos vs Flaites”.
España es un caso de aquello. Desde los años 90, Telecinco, perteneciente a Mediaset, ha dominado el sector con títulos icónicos como “Gran Hermano”, “Supervivientes”, “Acorralados” o “Pasaporte a la Isla”. Pero la hegemonía de la televisión tradicional ahora compite con fenómenos del streaming como “La Casa de los Gemelos”. Este proyecto, que reúne a figuras influyentes del internet, fue creado por los hermanos Daniel y Carlos Ramos —detrás de la popular cuenta “ZonaGemelos”—, quienes atraen a millones de seguidores, según reporta “El Confidencial”.
No obstante, el historial del programa es oscuro. Su primera edición, estrenada el pasado 12 de octubre en YouTube y Kick, apenas duró nueve horas. La transmisión tuvo que ser cancelada de urgencia debido a una espiral de violencia: peleas, lanzamiento de objetos y humillaciones potenciadas por el consumo de alcohol y estupefacientes. Según informó la cadena La Sexta, la seguridad del programa tuvo que intervenir tantas veces que los creadores optaron por cortar la señal y suspender el evento.
Pese a los antecedentes, se lanzó una segunda versión que ya suma más de 15 días al aire. Pero el cambio de edición no parece haber frenado la toxicidad; las escenas de agresividad siguen viralizándose en redes como X (antes Twitter), generando indignación de la ciudadanía. Aunque la industria audiovisual española y los usuarios han puesto el grito en el cielo por la falta de control, el polémico reality tiene previsto seguir en pie hasta su final el próximo 31 de diciembre.
Los canales de televisión contra el reality

Aunque en Europa existe un marco regulatorio para fiscalizar los contenidos en plataformas como YouTube o Netflix, gigantes televisivos como Mediaset o Atresmedia, mostraron su descontento por la emisión de este reality, marcado por constantes agresiones físicas y verbales, consumo excesivo de alcohol y comentarios homofóbicos. El argumento de las cadenas es claro: mientras la televisión tradicional enfrenta sanciones gravísimas por este tipo de faltas, el streaming parece moverse en una zona gris.
Este caos no solo afecta a las cadenas que piden igualdad ante la ley, sino también a las marcas. Asociarse a un entorno de violencia y discriminación supone un problema reputacional, por lo que muchos anunciantes ya exigen la retirada del reality para proteger su imagen pública.
La situación ha escalado hasta instancias legales. La Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) ha solicitado formalmente a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que investigue al programa por incumplir la normativa audiovisual española. Según recoge Antena 3, la Ley 13/2022, de 7 de julio, General de la Comunicación Audiovisual es tajante en su artículo 4: los contenidos deben respetar la dignidad humana y los valores constitucionales, prohibiendo cualquier incitación al odio o la discriminación.
Además, el artículo 6 de dicha ley obliga a transmitir una imagen igualitaria, lejos de la violencia de género. La Asociación subraya un punto crítico que podría cambiar las reglas del juego: estas obligaciones no son solo para los creadores de “La Casa de los Gemelos”, sino también para las plataformas que los difunden. Según los artículos 86 y 88 de la ley, las plataformas son responsables de evitar contenidos que perjudiquen el desarrollo físico, mental o moral de los menores de edad.
¿Existe regulación en plataformas de streaming en Chile?
En el caso de nuestro país, los canales de televisión operan bajo la estricta lupa del Consejo Nacional de Televisión (CNTV). Basándose en la Ley 18.838, este organismo no solo gestiona el buen funcionamiento de las concesiones del espectro radioeléctrico televisivo, sino que fiscaliza rigurosamente que los contenidos respeten el horario de protección al menor.
Sin embargo, el escenario digital es tierra de nadie: hoy no existe un ente fiscalizador que regule formalmente lo que se sube a plataformas como YouTube, Kick o Twitch. En este vacío, la justicia queda en manos de las propias plataformas, que tienen la libertad de suspender o cerrar canales si consideran que el contenido atenta contra la dignidad humana. Si bien en la región ya se han realizado varios realitys o docurealities nativos de internet, hasta la fecha, al menos en Chile, no se había registrado un caso con los niveles de toxicidad y violencia vistos en “La Casa de los Gemelos”.