Para quienes se familiarizan con la industria televisiva, todos saben que para mantener un canal de televisión se requiere de financiamiento, lo que en su mayoría llegan desde la publicidad. Además, los auspicios son muy importantes a la hora de concretar un programa, ya que permite llegar con un producto o servicio a más personas y que, gracias al rating comercial, hay posibilidad de que otros interesados puedan patroncinar el bloque.
Puede que en otros países sea distinto, pero en el caso de Japón, cuando se trata de escándalos o temas controversiales, le puede salir jugando en contra.
Para entender un poco el contexto, en diciembre pasado, la revista Shukan Bunshun, realizó un reportaje sobre una fiesta celebrada en 2023, que fue organizada por un miembro del personal de Fuji TV. Es ahí donde participó el cantante y conductor, Nakai Masahiro. Además, fue líder de la extinta banda SMAP.
Su carrera comenzó poco a poco a tambalear, debido a que el mismo medio destapara el millonario acuerdo extrajudicial entre el artista y una funcionaria del canal nipón. La publicación también sugerían de la existencia de un aparente red de abusos dentro de la estación, en el cual sus directivos pedían a algunas de sus presentadoras que asistieran al evento para “entretener” a Nakai.
A inicios de enero, Nakai reconoció que había llegado a un acuerdo monetario con una mujer por “un problema”, aunque negó todo tipo de violencia. Fuji TV en tanto, ha negado que el canal tuviera alguna participación en la organización de la fiesta.
Fuga de anunciantes
Tanto fue el impacto social que ha tenido este escándalo que los anunciantes, a modo de protesta e indignación, decidieron retirar sus avisajes en la mayor parte de la programación del canal, que con el pasar de las semanas se ha ido aumentando, dejando casi sin ningún tipo de auspicio en los programas que emite la señal japonesa.
Empresas importantes como Toyota, Seven & i Holdings, McDonalds, Nippon Life Insurance, Nissan, Nintendo y NTT East, entre otros, tomaron esta medida para distanciar lo sucedido con la cadena. Para evitar “lagunas” en los bloques publicitarios, Fuji TV decidió rellenar con comerciales de interés público proporcionadas por AC Japan, consejo publicitario que -por tomar una referencia- es similar a la Asociación Chilena de Publicidad (ACHAP)
Poco a poco se han cancelado los patrocinios de los programas, lo que también ha afectado en una parte a las emisiones de dos históricas series de anime: “Chibi Maruko-Chan” y “Sazae San”.
En el caso de la primera, en su última emisión ya no contaba con auspiciadores, lo que esta serie estrenada en 1990 y su adaptación actual desde 1995, podría correr el riesgo de ser cancelada.
Por otra parte, “Sazae San”, una de las series de anime más longevas transmitiéndose desde 1969, está en la cuerda floja, aunque por el momento la empresa de productos para niños “Nishimatsuya” continúa respaldando su permanencia en la programación de Fuji TV.
Otros casos como las populares series “One Piece” y “Dragon Ball Daima”, son respaldados por la reconocida empresa de juguetes y videojuegos Bandai.
Las consecuencias del escándalo
El 27 de enero pasado, se ofreció una conferencia de prensa a los medios y que la propia Fuji lo transmitió en vivo. Este encuentro con los medios abordó la situación que ha perjudicado su reputación, y las relaciones con los anunciantes.
No obstante, esta conferencia fue criticada debido a que las respuestas son ambiguas y poco coherentes, además de insatisfactoria, lo que ha empeorado la situación y que otros anunciantes que continuaban en el canal, decidieron cancelar sus contratos.
Ante esto, también provocó la renuncia del presidente del directorio, Koichi Minato. En su lugar asumió el reconocido productor Kenji Shimizu, quien expresó su intención de reestructurar la imagen del canal, y enfatizó que no permitirá ninguna violación de los derechos humanos y que hará frente de forma estricta a este tipo de actos que vulneren los derechos: “Si no restauramos la confianza, Fuji TV no tendrá futuro”, señalaba Shimizu.
Por otro lado, el nivel que escaló esta polémica podría afectar los ingresos económicos de la cadena. Según lo informado por el portal especializado Noticias Nippon, los ingresos publicitarios en el primer semestre fiscal de 2024 hasta septiembre, alcanzó los 712 millones de yenes ($4.546.609.144 pesos chilenos), lo que equivale aproximadamente a unos 118 mil millones de yenes mensuales. (unos $753.511.066.000 pesos chilenos).
No obstante, con la cancelación de los anunciantes en enero, podría generar pérdidas millonarias en el transcurso de los meses, por lo que la cadena no la tendrá fácil al poder recuperar la confianza de sus anunciantes.
El caso chileno
Aunque el escándalo sexual en Japón es muy severa y que generó cuestionamientos en la opinión pública, en Chile tampoco fue exento de una polémica similar, pero a nivel político. En septiembre de 2021, La Red emitió el aclamado documental “La Batalla de Chile”, del director Patricio Guzmán. La cinta documental relata los hechos anteriores a la llegada de los militares al poder mediante la fuerza.
No obstante, luego de la emisión de su primera parte, la marca de alimentos Carozzi retiró su publicidad del canal privado.
En un comunicado en redes sociales, La Red confirmó el retiro del auspicio del documental. “Confirmamos que efectivamente la empresa @carozzimencanta retiró su publicidad de #LaRed por emitir #LaBatalladeChile. Contestaremos a esta insólita decisión, que pareciera buscar una censura editorial, a través de nuestras pantallas como siempre lo hemos hecho”.
Por otro lado, Carozzi respondió de vuelta, argumentando que su acción no se realizó por la emisión del documental: “Esta aseveración es completamente falsa y no entendemos su objetivo. No hemos retirado la publicidad de La Red por emitir “La Batalla de Chile”. Por respeto a nuestros consumidores y a su forma de pensar no auspiciamos programas con contenido político”.
Esta polémica sería la punta del iceberg de lo que vendría con el canal privado. Luego de las cancelaciones de programas debido a la huelga por no pago de sus trabajadores, y la renuncia de su director ejecutivo, Víctor Gutiérrez, los anunciantes poco a poco se retiraron de la parrilla de La Red, provocando no sólo una crisis institucional luego de que su linea editorial fuese inclinado a lo político, sino que también arrastró deudas millonarias que hasta el día de hoy todavía no se pueden recuperar.
Actualmente, La Red solo transmite enlatados y que en sus tandas comerciales se exhiben autopromos y publicidad de A3D.