La Red anunció el estreno del documental “Mi Escuela Rural”, de la cineasta Alejandra Fritis, quién comenzó a trabajar como educadora artística con niños, niñas y profesores en escuelas rurales y que se inspiró en su profesión para este trabajo audiovisual.

La serie documental cuenta con ocho episodios y que será estrenada este domingo 24 de noviembre a las 20:00 hrs, por las pantallas de la estación de Quilín.

En cada uno se muestra un territorio diferente, desde el Altiplano a la Patagonia, mostrando 8 universos culturales donde se desarrolla la educación rural en Chile.

“Mi Escuela Rural”, ganadora del Fondo del Consejo Nacional de Televisión en 2021, da cuenta del trabajo que realizan los profesores y su dedicación por los niños en zonas aisladas del país, y que en su punto de vista luchan día a día para mantener a flote esta forma de enseñanza y de vida.

La serie pone en valor la educación rural, por estar centrada en dinámicas tradicionales –o ancestrales- de los territorios (vida en comunidad, la comunidad como familia ampliada) y en la individualidad de los niños y niñas que forman parte de ella, pero reconoce que es un tipo de educación que se reduce año tras año y que en algunos territorios tiende a extinguirse, de la mano de los vertiginosos cambios que afectan nuestro país y el mundo que se profundizan con la influencia de la pandemia.

Alejandra Fritis: “Son ellos los protagonistas de esta serie, porque son quienes mantienen viva este tipo de educación”

Productora La Zanahoria

La inspiración para hacer esta serie estuvo en la Escuela Rural Los Robles de Isla Chelin, en Chiloé.

Alejandra Fritis, en conversación con El Mostrador en 2023, señala que en esa escuela comenzó a realizar talleres artísticos audiovisuales en el año 2016: “La primera vez que fui a la escuela hice el mismo recorrido que hacen los profesores y profesoras: los domingos en la tarde en el embarcadero de Castro, en Chiloé, se aborda una lancha derecorrido’ que luego de navegar 2 horas y 15 minutos arriba al muelle de Isla Chelin, desde donde hay que remontar 3 kilómetros para llegar a la escuela que está ubicada en el sector alto de la isla. Ahí las profesoras viven en una pequeña casa ubicada al costado de la escuela, donde deben permanecer de domingo a viernes para poder llevar a cabo su trabajo, lejos de sus familias. Desde el principio me impresionó el esfuerzo que ellas hacen, pero mi admiración fue mayor cuando vi el cariño y dedicación con que realizan su labor docente, porque sus estudiantes y la escuela son mucho más que un trabajo, son su vida”.

Fritis también valora el rol de los docentes en su trabajo audiovisual: “Son ellos los protagonistas de esta serie, porque son quienes mantienen viva este tipo de educación. Si no hubiera profesores dispuestos a vivir lejos de sus familias, a viajar por tierra o mar durante horas para llegar a la escuela, a vivir semanas o meses en casas precarias a veces sin electricidad o agua potable, a hacerse cargo de necesidades materiales y emocionales de niños, niñas y comunidades, la educación rural ya no existiría”.